martes, 6 de febrero de 2007

Retórica y Teología


"Ya que con la retórica se sostienen argumentos tanto verdaderos como falsos, ¿quién se atreverá a decir que contra la mentira los defensores de la verdad tienen que quedarse completamente desarmados? ¿Por qué los que intentan persuadir lo falso saben capturar con sus exordios a los que escuchan haciéndolos atentos y ablandándolos, mientras que estos no? ¿Por qué aquellos saben exponer la mentira con brevedad, claridad, verosimilitud, mientras que estos exponen la verdad en forma tal que el que escucha se aburre, no llega a entender y no queda convencido? ¿Por qué aquellos logran con argumentos engañosos contrastar la verdad y afirmar la falsedad, mientras que estos no son capaces ni de defender la verdad ni de refutar la mentira? ¿Por qué aquellos con sus palabras saben mover e impulsar al error las almas de los que escuchan, provocando en ellos temor, tristeza, alegría, y exortándolos con el máximo empeño, mientras que estos defensores de la verdad dormitan perezosos y apáticos? ¿Quién puede ser tan insensato como para pensar así? En suma, ya que la capacidad de hablar es en sí neutral, y es muy eficaz para sostener argumentos tanto buenos como malos, ¿por qué el hombre bueno no debería ponerse en condición, gracias a esta disciplina, de pelear por la verdad?"
-Agustín de Hipona, De doctrina christiana IV,2,3

1 comentario:

Emilia Kiehnle dijo...

Algo así, aunque mucho menos elocuente, pensé yo al escuchar a mi hermana relatar su participación en un concurso de debates: a ella le tocó estar a favor de la piratería.