viernes, 24 de agosto de 2007

Idea inconexa...

"...Existe felicidad accidental en el cielo, frente a la Felicidad esencial de la Visión Beatífica, consiste en el cariño y compañía de aquellos que quisiste en la vida..."
-P. Ugarte

miércoles, 8 de agosto de 2007

Oración.

Elohí, Elohí! Lemá samachtani?
Gracias por estar a mi lado, incluso ahora.
No sé qué haría sin Ti. Acaso me desesperaría,
acaso perdería la fe o me dejaría consumir.
No sé qué debo hacer, intento encontrar un punto en el cual sostenerme,
algo -un poco de verdad- donde poder posar mi alma, que no descansa salvo los momentos que está junto a Ti.

Acepto estas alegrías y te las ofrendo, en claro agradecimiento por todo lo que me has dado: vida y amor, por ejemplo. Acepto estos sufrimientos y te los ofrendo, en clara petición de que me ayudes a cargarlos, pues yo solo no puedo. ¡Y mira que me has dado otro hombro y otra alma junto a la cual descansar mis llantos! Pero hay heridas que sólo tú, Herido, puedes acariciarme y curar.

Dame vida, con sus días y sus noches, pues sólo vivo es como puedo beber y observar lo que quieres que beba y observe. Dame vida, de esa que prometiste hace tantos años, pues sólo ella es la que busco. Y esta vida que ya me has dado, no me la quites, ni me permitas quitármela, pues aunque mi mano no atentaría contra mi sien, hay otros muchos modos de apartar de uno la vida.

Protege a mis amigos de los dolores que no les correspondan y no me dejes llevarles pesos que podría evitarles. Hazme grua y arbotante, no peso.

En el nombre de Cristo, tu Hijo y por intercesión de mi Buena Madre, María Virgen, te pido esto y las demás cosas que no he podido sacar de mi interior.

Amén.

jueves, 2 de agosto de 2007

Teología Experimental II

Tome usted un ser humano y pártale el alma con una herida que le haga sangrar lágrimas por los ojos. Hágalo sentirse miserable y algo solo en el mundo, derrúmbele el hogar donde se sentía seguro y póngalo a prueba. Siémbre en él las peores dudas y no lo deje ver salvo un insignificante y enloquecedor rayo de luz.

Entónces recuérdele a ese ser humano que usted es su amigo y que es su hermano; háblele de cómo ve el mundo y cómo sigue usted siendo fuerte aún después de hacerlo llorar. Haga que sienta miedo al pensar en el dolor que siente y en el que se sentirá el día de mañana.

Entonces este ser humano lo perdonará y le dirá que confía en usted, le dirá que le duelen las heridas que usted carga mucho más que las heridas que le han propinado. Le sonreirá e intentará hacerlo sentir mejor, dándole consejos y hablándole de la gran oportunidad que le presenta la vida. Esto es lo que se llama Teología Experimental.