sábado, 27 de enero de 2007

Emeth


"The scholastic arguments for the existence of a Supreme Being are now rejected by most Protestant theologians in favor of new arguments which to my mind are by no means an improvement. The scholastic arguments were genuine efforts of thought and, if their reasoning had been sound, they would have demonstrated the truth of their conclusion."-Bertrand Russel, Is there a God?

Un argumento que sigue a Kant:

  1. Hay cosas que aunque no existen, podrían existir.
  2. Por lo tanto existe un tipo de posibilidad que es intrínseca a las cosas.
  3. La posibilidad intrínseca de existencia depende de una actualidad real de existencia. Esto es porque la posibilidad de algo no puede autosustentarse, ni mucho menos actualizarse, en cuanto su propia potencialidad. (De la potencia no surge ningún acto).
  4. Ergo Debe haber algo cuya inexistencia cancelaría toda la posibilidad interna de existencia.
  5. Ergo Este algo es necesario. Así, existe un algo cuya existencia es necesaria.


Es evidente que de la necesidad de un ser no se pueden concluir sus atributos. Tan sólo el de necesidad. Mas del atributo de necesidad sí se pueden inferir válidamente otros atributos: aquellos que dependiesen de ella.

Así, si de la necesidad se siguiera X, uno podría decir que tal ser necesario es, también, X.

Por lo tanto, la investigación de los atributos de Dios (cuya existencia es necesaria, pues Dios no es otra cosa que un vocablo que designa, primero, a tal ser) debe ser la investigación de los atributos que comprende la necesidad.

domingo, 21 de enero de 2007

Lógos Ouraníou



Pater Noster, qui es in caelis:
sanctificétur nomen tuum;
advéniat regnum tuum;
fiat volúntas tua, sicut in caelo, et in terra.
Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie;
et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris;
et ne nos indúcas in temptatiónem,
sed líbera nos a malo.

sábado, 20 de enero de 2007

Misticismo novohispano


Muero, ¿quién lo creerá? a moanos
de la cosa que más quiero,
y el motivo de matarme
es el amor que le tengo.
Así alimentando, triste,
la vida con el veneno,
la misma muerte que vivo,
es la vida con que muero.
Pero valor, corazón,
porque en tan dulce tormento,
en medio de cualquier suerte
no dejar de amar protesto
-Sor Juana Inés de la Cruz

lunes, 15 de enero de 2007

Dos argumentos


San Anselmo
Así pues, Señor, tú que das la comprensión de la fe, concédeme -en tanto sepas que me conviene- que entienda que existes, como creemos, y que eres lo que creemos. Y ciertamente creemos que tú eres algo mayor que lo cual nada puede ser pensado.

¿O acaso no existe una naturaleza como ésta, puesto que "el insensato ha dicho en su corazón: 'Dios no existe'"? Pero seguro que, cuando el propio insensato oye eso mismo que digo: "algo mayor que lo cual nada puede ser pensado", entiende lo que oye, y lo que entiende, está en su entendimiento, aunque no entienda que eso existe.

Porque son dos cosas distintas que algo exista en el entendimiento y entender que una cosa existe. Pues cuando un pintor piensa de antemano lo que va a hacer, lo tiene ciertamente en el entendimiento, pero aún no entiende que exista lo que aún no ha hecho. Pero cuando ya lo ha pintado no lo tiene sólo en el entendimiento, sino que tembién entiende que existe lo que ya ha hecho.

Por tanto, también el insensato tiene que convenir en que, al menos en el entendimiento, existe algo mayor que lo cual nada puede ser pensado, porque, al oír esto, lo entiende, y todo lo que se entiende está en el entendimiento.

Y, ciertamente, aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado, no puede existir sólo en el entendimiento. Porque si existe al menos en el entendimiento, se puede pensar que existe también en la realidad, lo cual es mayor. Por consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado existe sólo en el entendimiento, entonces aquello mismo mayor que lo cual nada puede ser pensado es algo mayor que lo cual nada puede ser pensado. Pero esto, ciertamente, no puede ser. Existe, por tanto, sin ninguna duda, algo mayor que lo cual nada puede ser pensado, y existe tanto en el entendimiento como en la realidad.
-San Anselmo, Proslogion, c.II


Borges
Cierro los ojos y veo una bandada de pájaros. La visión dura un segundo o acaso menos; no sé cuántos pájaros vi. ¿Era definido o indefinido su número? El problema involucra el de la existencia de Dios. Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. En tal caso, vi menos de diez pájaros (digamos) y más de uno, pero no vi nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres o dos pájaros. Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, siete, seis, cinco, etcétera. Ese número entero es inconcebible, ergo, Dios existe.
-Jorge Luis Borges, El Hacedor

viernes, 12 de enero de 2007

Un poema


En una noche oscura,
con ansias, en amores inflamada,
¡ oh dichosa ventura !,
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada ;

a escuras y segura
por la secreta escala, disfrazada,
¡ oh dichosa ventura !,
a escuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada ;

en la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía
sino la que en el corazón ardía.

Aquésta me guiaba
más cierto que la luz de mediodía
a donde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

¡ Oh noche que guiaste !,
¡ oh noche amable más que la alborada !
¡ oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada !

En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

El aire del almena
cuando yo sus cabellos esparcía,
son su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme,
el rostro récliné sobre el Amado,
cesó todo y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.

lunes, 8 de enero de 2007

Virtudes teologales


Fe, Esperanza y Caridad. Siempre nos las enseñan en ese orden, acaso porque suenan bien así. Pero, aunque son virtudes dialógicas -con lo que quiero decir que no se pueden dar plenamente si no están todas presentes-, el modo de conseguirlas creo que es, precisamente el contrario.

Primero la Caridad, después la Esperanza y por último la Fe. La Caridad es necesaria para poder confiar en lo que Él dice. Si no se le ama es absurdo pensar que podría considerársele. Por lo tanto, lo primero en el tiempo debe ser la Caridad. En segundo lugar está la Esperanza, pues es Dios -como todo enamorado- el que toma la iniciativa: nos corresponde a nosotros esperar.

Y aquí esperar no quiere decir aguantar que el tiempo pase en lo que sucede algo. No. Esperar es desear que ese algo suceda, como cuando de niños esperamos la Navidad (gracias a cierto Tovar por la comparación), es, pues, estar abiertos a la posibilidad de recibir algo.

Cuando ese algo se recibe, en mayor o menor medida, debe creerse. Y eso es la Fe. Pues es el querer creer incluso los más disparatados cuentos que surgen en el seno de Dios. Esta virtud es imposible si no se espera y no se ama. Es la síntesis de las dos anteriores (que, obviamente, no son antitéticas). La esperanza, supone a su vez al amor. Y el amor (¿paradoja?) requiere otra dialéctica similar: el querer querer, que en el caso de la Teología suele comenzar con el "querer creer que puedo quererLe".

domingo, 7 de enero de 2007

La Fe no es un sentimiento, es un acto de la voluntad.

Y por eso la Fe se trata más de querer creer que de creer. Y porque para tener Fe es necesario haber aceptado primero que se puede tener Fe (es decir, que Dios es un individio confiable y Verdadero en su ser, hacer y decir), es completamente normal confiar después. La crisis sólo viene a señalar un punto que no está asimilado, pero se cree porque de antemano se creyó en la veracidad de cualquier sentencia Divina.

Ahora bien, las sentencias Divinas pueden conocerse por varios medios. Acaso a veces se escuchen (es el caso de la Voz), acaso a veces sean dictadas ex cathedra: como sea, la confianza existe. El punto es poner a trabajar la voluntad para que quiera creer (interesantemente es la misma dialéctica que la de cualquier relación personal, para luchar por ellas en tiempos difíciles es necesario querer hacerlo)...

...pero este post es sólo una lluvia de ideas.

De ordine


"En el orden del tiempo viene primero la autoridad, en el orden de la importancia la razón. Una cosa es lo que se antepone sobre el plano de la acción, otra cosa es lo que se estima mayormente en orden al fin. La autoridad es más eficaz para la masa todavía no instruida, la razón más conveniente para las personas doctas. Pero como ninguno se hace docto sino después de haber sido indocto, ni sabe en qué condiciones debe presentarse a los alimnos y con cuál método hacerse capaz de aprender, se sigue que sólo la autoridad puede abrir las puertas a los que aspiren a aprender cosas grandes y escondidas" (San Agustín, De ordine 2, 9, 26.)


El orden importa para la hora de decidir. Esa es la razón de la Fe: es la confianza que abre la puerta para la investigación sobre la Verdad. La razón trabaja sobre la Fe. Una es la materia prima; la otra, la maquila. Por más hábil que sea cualquier persona para tejer, si no tiene estambre la bufanda será solamente una proyección, una idea de que "ahí podría haber algo, pero no lo puedo saber".

Como Kant se da cuenta -aunque a veces no lo reconozca- en el hombre existe un inextinguible deseo de infinito. El camino debe ser, por tanto, ad hoc a ello: comenzar con la aceptación de la premisa natural, evidente, de que tendemos a lo infinito (o que lo deseamos). Y después indagar sobre ello que es el infinito. Investigar sobre qué es algo que no conocemos lleva, forzosamente, a negar la existencia y, por ende, a ser congruentemente adversos a una investigación sobre ello.

"Qué es esto que no conozco? No puede ser algo. Luego es nada. ¿Vale la pena creer en nada? No. ¿Investigar sobre ello? Menos aún. Por lo tanto... 'así estoy bien'". ¿No suena familiar?

viernes, 5 de enero de 2007

Tut was du willst...

Ir definiendo mi vida, ¿borra los recuerdos de antaño? ¿Cómo puedo definir mi mañana tan alejado de lo que conocí aquella noche? Quiero mantener encendido el Sol: mi alma está llena de oxígeno. Y, sin embargo, cada vez veo más lejano el Rostro. Gotta talk.

Crisis

El problema de lo Oudéteron es que uno poco a poco va perdiendo la percepción de su realidad. Yo sé que pasó. Yo sé que pasa: sé que Existe y que sigue ahí. Mas es como si lo olvidara.

Alguna vez un buen hombre (P. Benitez) me dijo que la Fe tiene profundidades: conforme uno avanza en su camino religioso (re-ligioso) la fe va dejando de ser sensible para volverse íntima, casi seca. No sé si tenga razón, mucho menos sé si yo esté por ese camino. Pero es un hecho que me siento un poco seco.

Mi vida no podría ser mejor. Y sin embargo me sentí agobiado, algo triste. Hoy sé por qué.

No hay libertad sin crisis. ¡Caray que me descubro hoy un hombre libre! Y aunque libremente lo escogo a Él, me pesa el alma.