miércoles, 15 de octubre de 2008

Meditación Paulina II

Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo: a la saciedad y al hambre; a la abundancia y a la privación.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
En todo caso, hicisteis bien en compartir mi tribulación.
Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús.
Y a Dios, nuestro Padre, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.(Fil. 4, 12-14 y 19-20)


"Todo lo puedo en Cristo que me conforta". Es posible, para el católico, vivir en pobreza, pero también en riqueza. La visión sobre las cosas materiales no es de desprecio, sino de divinización. Quien cree en Cristo, puede vivir con todo o con nada, porque todo lo ve con los ojos de la Gracia. Las cosas dejan de significar por sí mismas y comienzan a tener sentido en cuanto que son riqueza del Padre.

El que tiene a Cristo está fortalecido, ya tenga diez talentos o solamente uno. La fuerza imprime un nuevo sentido a la posesión y al uso de los talentos y eleva al hombre a un nuevo status, en cuanto a ellos.

Por eso el católico no rechaza los bienes que alcanza en esta vida. Simplemente los pone bajo la luz de lo divino y al servicio de su humanidad (de su humanización). Se sabe vivir con abundancia y con miseria. No es la situación material la que define al creyente en Dios, sino él -en tanto creyente- define sus diversas situaciones, pues está fortalecido en Él.

3 comentarios:

Emilia Kiehnle dijo...

Dios se encuentra detrás de todo. Amar es hacer las cosas transparentes.

Me gusta esta idea de Victor Hugo, pues me parece que refleja muy bien el sentido del amor y de la vida del católico.

Cuando uno conoce a Dios, ama. Cuando uno ama, lo ve todo con otros ojos, encuentra a Dios en los lugares más insospechados. El mundo no es malo ni bueno, depende de nosotros hacer lo mejor que podamos de él.

Zoon Romanticón dijo...

Objeto: el mundo sí es bueno. Tiene que serlo para que la idea de Víctor Hugo que te gusta tenga sentido.

Emilia Kiehnle dijo...

Bueno, sí es cierto. No puede ser algo indefinido. Y no puede ser malo, porque sería ausencia. Por tanto, tiene que ser bueno.