jueves, 2 de agosto de 2007

Teología Experimental II

Tome usted un ser humano y pártale el alma con una herida que le haga sangrar lágrimas por los ojos. Hágalo sentirse miserable y algo solo en el mundo, derrúmbele el hogar donde se sentía seguro y póngalo a prueba. Siémbre en él las peores dudas y no lo deje ver salvo un insignificante y enloquecedor rayo de luz.

Entónces recuérdele a ese ser humano que usted es su amigo y que es su hermano; háblele de cómo ve el mundo y cómo sigue usted siendo fuerte aún después de hacerlo llorar. Haga que sienta miedo al pensar en el dolor que siente y en el que se sentirá el día de mañana.

Entonces este ser humano lo perdonará y le dirá que confía en usted, le dirá que le duelen las heridas que usted carga mucho más que las heridas que le han propinado. Le sonreirá e intentará hacerlo sentir mejor, dándole consejos y hablándole de la gran oportunidad que le presenta la vida. Esto es lo que se llama Teología Experimental.

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